Verificación visual

Revisar que no haya daños físicos, hinchazones o fugas en la batería.

Estado de carga (SOC)

Monitorear el nivel de carga de la batería para evitar sobredescargas o sobrecargas. Mantener un rango de carga recomendado por el fabricante.

Conexiones y cableado

Asegurarse de que las conexiones eléctricas estén firmes y libres de corrosión. Limpiar terminales con un paño seco si es necesario.

Temperatura de operación

Confirmar que la batería opere dentro del rango de temperatura especificado (generalmente entre 10 °C y 30 °C). Evitar exposición directa al sol o fuentes de calor.

Controlador de carga y configuración

Revisar que el inversor y el controlador de carga estén configurados correctamente para el tipo de batería (litio o AGM).

Pruebas periódicas

Ejecutar pruebas de rendimiento y capacidad para identificar cualquier degradación en la batería.

Actualización del firmware

Asegurarse de que el firmware del inversor y el sistema de gestión de batería (BMS) esté actualizado.

Limpieza del área

Mantener el espacio donde se encuentra la batería limpio, seco y bien ventilado para evitar acumulación de polvo o humedad.

Revisión de ciclos de vida

Monitorear los ciclos de carga y descarga realizados para planificar el reemplazo cuando se acerque al fin de su vida útil.

Seguimiento de alertas

Revisar las notificaciones o códigos de error que pueda emitir el sistema para detectar problemas a tiempo.